Por todos es sabido que el alcohol
desnuda de color al pensamiento,
cobija al hombre con el firmamento
y cambia su resaca por el sol.
Un sol que no da vida, que incinera
los ojos de placer del desenfreno.
Un firmamento que rompe cual trueno
la pena. Y ojalá pronto lloviera.
¡Qué llueva pronto pa' lavar la pena!
¡Qué lloren todos para llorar juntos!
¡Qué llueva sobre los sueños difuntos!
Porque así es el alcohol: canto'e sirena,
un hechizo de flujo, un destructor
de principios, las ganas del horror.
Glauco
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