Aprendí a decir adiós
cuando aprendí a saludar,
el adiós mata la voz
y el hola nos hace hablar.
¿De qué habla aquel que saluda?
¿Del clima, del mal gobierno?
A saber hablar ayuda
y así salir del infierno.
El silencio es infernal
cuando se va voluntario.
Callar demuestra el final
del sentir imaginario.
La gente que se despide
ya no vuelve a pedir más,
cree que en el silencio pide
y por fin gana la paz.
Pero estar en paz no es
estar sin el malestar
de los demás. Las paz es
siempre podernos hablar.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario