Si acaso de tu imagen se llenara
mi vista, de este mundo nada viera,
no habría barda, ni lámpara, ni acera
donde la luz del cielo se posara.
Si Abraham amara a Dios menos que a Sara
no habría una playa para la palmera.
De ver a dios, prefiero la ceguera
de verte a ti, si no ¿qué más mirara?
Es cierto, no te miro a cada instante.
No hay vista que me alcance para verte
como sí hay corazón para quererte.
Quizá mi vista ambule agonizante
buscando en todas partes tu figura.
¡Bendita la memoria que perdura!
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario