No sé si el perro juega y se imagina
que la pelota es más que una pelota,
ni sé si sabe que eso que rebota
es algo más que lúdica canina.
No sé si el juego es juego cuando llega
a las abstractas vistas de lo humano,
lo cierto es que la imagen en la mano
transforma todo cuando el hombre juega.
El juego es más que juego, es la finura
del pensamiento, el alma y el sentir,
es la verdad oculta en el fingir.
Sólo el cerebro humano está a la altura
para, más que herramientas, con el fuego,
hacer del mundo entero un nuevo juego.
Glauco
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