Se dice que quien nos dice
que nos ama no derrama
en nuestros ojos las grises
lluvias que encienden la llama
del dolor, de la violenta
pasión cruel que nos ahoga
haciendo el llanto tormenta,
tormenta que desahoga.
Lo que no se dice es
que el amor también lacera
nuestra boca y nuestros pies
al guiarnos por la rivera
del río llamado aqueronte.
Amar es morir un poco
con cada nuevo horizonte,
cada baraja del loco.
Amor es enfermedad
dice alguien en "El Banquete";
amor es eternidad,
es setenta veces siete.
El amor nunca está enfermo,
nunca rechaza el llorar,
cultiva en el pecho yermo
la embriaguez de nuestro amar.
Del amor se dice tanto.
¿Yo qué te puedo decir?
A pesar de ahogarme en llanto,
quiero vivir junto a ti.
Glauco
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