Detrás del fuego y de las herramientas,
detrás de imagen, técnica y trabajo,
detrás de quien nos mira desde abajo,
detrás de paces y guerras violentas,
está la voz que todos, con urgencia,
hablar queremos y casi no hablamos,
la voz que por la lógica callamos
(concepto sin consciencia no es esencia).
Urgidos de la vida y del ocaso,
del alba, de la flor y de la ardilla,
fraguamos arte y ciencia, y maravilla…
Urgidos al camino, dando el paso,
cayendo en el abismo del sopor,
hallamos nuestra urgencia del amor.
Glauco
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