Cuando Todo ha sido dicho,
se ha dicho hasta lo inefable,
la duda ya es indudable
y el saber es un capricho
que baja al Ser de su nicho;
la sal se sabe salada
(no se engaña edulcorada)
y todo encuentra su modo.
Siempre que se dice todo
el Todo no dice nada.
Glauco
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