Cuando fui joven la primavera
me supo a dulce, juego y regalo.
Ahora, crecido, me desespera
el sol maldito, maldito palo.
Las abejitas rondan zumbando,
cantan canciones a los infantes.
¡Pinches abejas no saben cuándo
callar sus ruidos desesperantes!
Las aves cantan muy tempranito
como en película de princesas.
Su horrible canto no necesito,
requiero un suero más seis cervezas.
Flores, jardines, juegos y fuentes
fueron la causa de mi sonrisa,
hoy forman parte de mis ardientes
deseos de muerte (muerte con prisa).
Cuando fui joven gocé de todo
bello concepto de primavera.
Ahora de viejo no encuentro el modo
de que la vida ya no me quiera.
Glauco
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