Nos aman como a perros callejeros
con un hueso arrojado y agua tibia,
somos la apreciación de su lascivia,
su morbo, su desdén; somos sus perros.
Amar sin exponerse a la traición
es el más cruel de todos los amores,
nos da el blanco y el negro sin colores
que llenen de virtud el corazón.
Andamos tras el falso amor. Andamos
queriendo amar a perros callejeros
sin ser amor, sin ser los verdaderos
amantes de la raza. Nos matamos,
siguiendo sin saber lo que es amar.
Existe todo un mundo que quemar.
Glauco
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