No sé si es triste, o sólo así es la vida,
que yo ya no te guste y que te ame.
No sé si la amargura amar se llame,
siendo que fue el amar la fuente henchida.
Quizás en la mejilla está escondida
la airada pena, escollo del derrame,
Anteros de la cuita, muerte infame;
es lágrima surcándome la herida.
No sé si es noble, tierno u obsesivo
amarte aunque tu amor ya no me siga.
No sé si a toda suerte la maldiga
mi amor por mantenerme, en ti, lo vivo.
No sé si tú me quieras todavía.
No sé y antes tampoco lo sabía.
Glauco
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