En mis tiempos la palabra
era dura pero útil.
Hoy en día se ha vuelto fútil
y diría que hasta macabra.
En la palabra se labra
cualquier resignificar,
nos basta con escuchar
las quejas de la chaviza
y, al revés, de la ruquiza,
pa' ya no saber hablar.
Glauco
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