Vagamos en la cornisa
con el empujón del viento.
Cargamos el sufrimiento
yendo en pos de la sonrisa.
El nacer no nos avisa
que todo es un padecer,
eso se tiene que ver
con el pasar de los años.
Risa y dolor son extraños
que se deben conocer.
Ya lo dijo Segismundo,
y el filósofo Platón
en el diálogo “Fedón”,
todo es sueño en este mundo
y allí está el sufrir profundo.
Mas como una fresca brisa
la realidad nos desliza
un pase libertador:
la otra cara del amor,
esa que llamamos risa.
Glauco
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