Inútilmente siempre he respondido
a una pregunta que jamás fue hecha
directamente a mí; no hay una fecha
en que alguien la respuesta me haya urgido.
Y tristemente sigo respondiendo…
Y no sólo respondo, me equivoco,
y no por estar mal, sino por loco
y no saber qué cosa estoy diciendo.
¿En qué elevado éter anda el mundo
del cual los más cansados no se cansan?
¿En qué puerto las aguas se remansan?*
¿En dónde se posee lo más profundo
de todo cuanto existe y se dibuja
en el brillo fugaz de la burbuja?
Glauco
*Ambas preguntas en este terceto son tomadas del capítulo 114 de Moby Dick, de Herman Melville.
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