No sé por qué lo que veo
padecer la destrucción
me ofrece la sensación
de haber desaparecido,
quizá se haya convertido
en el barco de Teseo.
Los incendios forestales,
huracanes y tormentas,
son destrucciones violentas
que no destruyen realmente
sólo envuelven al agente
de los cambios naturales.
No nos mata la tristeza
ni menos la soledad.
Vivimos la realidad
igual que un leve suplicio,
ese es, en verdad, el vicio
de nuestra naturaleza.
No hay ley, tratado ni norma
dictando la inexistencia,
no hay filosofía ni ciencia
negando esta afirmación:
es una clara visión
ver que todo se transforma.
Glauco
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