y rehaces las ideas con fuerza y convicción,
dime qué cosa puedo hacer para que el cuento
que cuento para mí no nuble mi razón.
Si cada vez que miro es una vez que lloro
y cada vez que lloro es una leve muerte,
en vistas y paisajes yo sólo me deploro,
me muero siempre un poco, estúpido e inerte.
Por eso yo te pido, amor, que me conviertas
en un agente libre de celdas y ataduras,
que vengas a mi vida y en ella te diviertas
librándome un momento de penas y amarguras.
¡Amor, tú que deshaces, al toque, lo ilusorio
dime que me silencie y que no te hable más!
¡Tú no eres una magia, eres observatorio!
¡Si encallas en mis ojos podré encontrar la paz!
¡Así cuando yo mire podré mirar verdades
y ver que todo tiene perfume de una flor!
¡Amor, tú que eres yo, y ella y variedades,
permite que los otros puedan llamarme amor!
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario