sin la bendición del viento
ni brillo en una ventana
que no caiga con el tiempo.
Todos los días a la calle
me asomo como buscando
un movido refulgir
y no consigo mirarlo.
A lo mejor estoy ciego
de aquello que no se ve,
o me niego simplemente
a encontrar lo que no es.
Hay un árbol que me mira
moverme porque respiro
y una ventana apagada
mira en mis ojos el brillo.
La calle también se asoma
buscando en mí algo de mí:
hay fulgor y movimiento,
sufrimientos y reír.
A lo mejor lo que busco
se encuentra afuera y adentro,
o simplemente no sé
donde buscar el encuentro.
Glauco
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