los peces y los pirules,
en los espacios azules
de ésos que son cielo y mar
ven lo que pueden mirar.
Para ellos todo es la vida,
todo es la justa medida,
de lo que deben vivir.
No consiguen distinguir
la vida de lo suicida.
Están rodeados del mundo
no sólo pirul y pez
sino todos lo que ves,
apenas pasa un segundo
ves ese espacio fecundo
cubriéndote con su faz
y entonces no hay nada más
que tú puedas conocer,
no hay mañana ni hay ayer
que te hagan vivir en paz.
Todos estamos rodeados
por este momento incierto.
Mar cerrado, cielo abierto,
son lo mismo. Condenados
a vivir entre los dados
no podemos atinar
entre el fruto y el lagar,
entre la lanza y la herida,
sólo miramos la vida
yendo pasar y pasar.
Glauco
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