En tu foto recuento los instantes
que te he visto mirándome en sigilo.
Tu presencia me pone en un asilo
donde viven, eternos, los amantes.
Te he mirado en la tímida rendija
de la herencia, la miel y el tamarindo.
Al mirarte yo siéntome tan lindo,
como es lindo el vivir de nuestra hija.
Te recuerdo, te miro y siempre pienso
en las olas de amor que me has brindado
al futuro, al presente y al pasado.
En la vista de ti se halla lo inmenso:
la cortina, los nardos, la guitarra,
los volcanes, las nubes, la cigarra…
Glauco
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