Presentación

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jueves, 17 de diciembre de 2015

Necesidad

Durante los últimos años, tuve el hábito de no salir de mi casa el día doce de diciembre. Este año, fue la excepción, aunque no asistí al lugar más visitado en esa fecha, pude percibir algunas situaciones que ese día trae consigo. La opinión pública se reducía a la necesidad de asistir a la iglesia. Por donde quiera había personas ante una capilla esperando que diera comienzo la celebración. He de aceptar que tanto movimiento me impresionó y me pregunté: ¿por qué la necesidad y la prisa de las personas por asistir a la iglesia ese día? La respuesta que lo resume todo pero a la vez es un supuesto más, sería la fe en las personas.
Pero hablar de la fe daría por supuesto que yo comprendo mínimamente qué es ello y, de esa manera tengo la osadía de decir algo al respecto. Sin embargo, no es el caso. Eso es un asunto del que se encargarán los grandes teólogos. Prescindiendo de todo lo que se dice acerca de la fe y, de la concepción religiosa, solamente puedo hablar de lo que percibí en ese momento en las personas. Todas las personas que encontré y, poniendo atención a lo que decían, coincidían en que tenían necesidad. En ese sentido, la necesidad es aquella que mueve y manipula la voluntad.
En ese momento, me pareció que la necesidad es aquel impulso que ocasiona que las personas acudan a celebrar ese día, independientemente de los particulares motivos. Necesidad siempre hay, no es cosa de que exclusivamente el día doce de diciembre haya más, sino que en ese día las personan consideran que es necesario, para su tranquilidad, asistir a una celebración religiosa. Tranquilidad en el sentido de aquellos testimonios que escuché, es decir, se referían a que era necesario dar las gracias por los beneficios recibidos y pedir por las necesidades presentes.

Todo ello que se decía, me condujo a interpretar que mientras los hombres tengan necesidad, ésta exclama y exige que se le atienda. Mueve e influye en la voluntad de cada uno, dejando de lado la religión que se profese, pues los religiosos no son los únicos que tienen necesidades.  En ese caso, la necesidad puedo entenderla como el principio  natural en los hombres, es decir, se nace, se vive y se muere con necesidades. La diferencia radica en el cómo cada uno dirige, atiende o simplemente evade. Y cuando hay ausencia y carencia, esto es el principio, si se me es permito decirlo, de la necesidad de recurrir a lo divino.  

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