Muchas veces he creído fielmente que
uno de los más grandes autores es Dostoyevski, pero esta creencia poco a poco
se ha diluido. No es que haya dejado de gustarme o simplemente haya encontrado
a un autor mejor que él, sino que jamás había considerado la siguiente pregunta
¿quién inspiró a este gran autor para heredarnos esas magnificas obras o mejor
dicho, quién es el causante de haber influido en su literatura? La respuesta se
reduce a un hombre, Aleksandr Pushkin. He de reconocer que no me he acercado lo
suficiente a su obra, pero ello no me imposibilita hablar de él. Por eso, he de
osar para expresar lo que este autor me ha impregnado, prescindiendo de la
interpretación del mismo Dostoyevski acerca de su maestro.
La
pretensión de Puschkin es hablar a todos los hombres y de todos los hombres. Su
mayor anhelo, me parece que es tender a la unificación de la humanidad.
Expresar que las diferencias, si bien es cierto, son necesarias para
distinguirnos unos de otros, no por ello éstas son el alimento del egoísmo y la
vanidad. Pues no son mejores algunos hombres, simplemente por el hecho de considerarlo
de esta manera o quedar convencidos de ello, esto imposibilita encontrar esa
unidad. El mayor enemigo del hombre es su soberbia, ese acto de poner distancia
y señalar las acciones de los demás como algo ajeno a nuestro actuar. El
egoísmo y vanidad siguen alimentándose de las acciones que se reducen a
utilizar a los demás para hacer notar lo aparentemente bueno de cada uno. El
simple hecho de decir: “yo no soy así”, “aquel no sabe” o afín a este tipo de
expresiones, son la prueba de que no se llega a ser el mejor hombre señalando a
los demás, sino que se es mejor cuando se les considera y, se deja de lado el
egoísmo.
De
esta manera Puschkin, parece señalar que no son mejores los rusos que el resto
de la humanidad. Ni que los intelectuales, poetas o sabios por sus aportaciones
son mejores. Pues el tener presente o insistir en el ideal de conseguir ser el
mejor, ello solamente aleja de serlo. Tal vez Puschkin perseguía un ideal más
que carecía de realidad, sin embargo, al permanecer en la actitud de utilizar
las acciones de los demás para exhibirlas y mediante ello hacer notar lo mejor
de cada uno, ello no me parece, mejor dicho, estoy convencida de que eso no es compatible
con el actuar de un mejor hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario