Presentación

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jueves, 5 de mayo de 2016

Aniquilación de la amabilidad

En algunas ocasiones la amabilidad es confundida y, mal interpretada su intención. Gestos de cordialidad como ceder el paso a las féminas primero, dar el saludo del día, ayudar o tener algún otro gesto afín, puede ser interpretado como un interés de cortejo o en extremo, como señas de seducción. Parece que los hábitos de cordialidad están por extinguirse y, cuando son puestos en práctica, por algunos, la respuesta es el recibimiento de miradas extrañas o de groserías en tanto que la respuesta no es la más óptima.
Sin embargo ¿por qué parece tan extraño que alguien sea cortés? En alguna ocasión mientras esperaba a un amigo, observé a un grupo de señoritas. Su presencia fue inevitable debido a sus estridentes risas. La causa de la mofa era por motivos de un chico, al parecer él llevó un juego de copias a una de las chicas sin que ella se lo pidiera. Las burlas se reducían a la expresión: “le gustas al nerd”. Entre burlas y desprecios se torno mi espera. Pero ese tipo de actitud me condujo a la pregunta ¿el nerd quiere algún nexo con tal señorita? Tal vez sólo fue amable con ella y, es una exageración suponer que pretende algún romance.
Ahora bien, considero que la actitud de ser amable está dejando de ser algo que nos caracterice y, ello se debe a mucho prejuicios. Es decir, los excesos por parte de las feministas y los machistas han dado muerte a la cortesía y la amabilidad. Ya no es común que se ceda el asiento, que abran la puerta del auto o que paguen la cuenta de lo que se consume. Cuando algún valiente quiere ser amable, la respuesta que recibe es tan desagradable que parece aniquilar con su intención de cordialidad. Resulta común escuchar comentarios como: “yo puedo, yo soy capaz”. Evidentemente son capaces, ello no está en cuestión, pues la amabilidad no condiciona la potencialidad de las mujeres.
Paralelo a este asunto está el caso de la confusión de algunos varones. El hecho de que algunas chicas muestren gestos de amabilidad como: sonreír, dar un abrazo al saludar, ser atentas o algún otro tipo de actitud afín, no infiere alguna señal de disponibilidad para que ellas sean conquistadas. Las actitudes de este tipo pueden considerarse especiales y, por ello son sencillas de mal interpretar. En este sentido, los malentendidos suelen romper muchos corazones. Y el precio que hay que pagar por la actitud tan extremista es dejar de ser amable.
De manera que, la amabilidad hoy en día es entendida como señal de cortejo, pretensión de conquista. La actitud tan radical tanto de mujeres como de varones ha aniquilado con hábitos tan agradables. Se ha dejado de ejercitar la amabilidad y, la prueba de ello es que se está extinguiendo el hecho de “dar las gracias”. El convencimiento de ser útiles está rigiendo el actuar de los hombres y, en poco tiempo comenzaremos por ser indiferentes, aunque tal vez ya seamos. Las feministas han exterminado a los caballeros. Y las damas han dejado de serlo para convertirse en “cabronas.” Desafortunadamente así las cosas.


1 comentario:

  1. Me parece interesante el tema que tratas y cómo lo vas ensayando. Aunque me queda la duda de ¿qué finalidad tienen los gestos de amabilidad? o, preguntado de modo más amable, ¿por qué consideras buena la amabilidad?

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