En algunas ocasiones la amabilidad es
confundida y, mal interpretada su intención. Gestos de cordialidad como ceder
el paso a las féminas primero, dar el saludo del día, ayudar o tener algún otro
gesto afín, puede ser interpretado como un interés de cortejo o en extremo,
como señas de seducción. Parece que los hábitos de cordialidad están por
extinguirse y, cuando son puestos en práctica, por algunos, la respuesta es el
recibimiento de miradas extrañas o de groserías en tanto que la respuesta no es
la más óptima.
Sin embargo ¿por qué parece tan extraño que
alguien sea cortés? En alguna ocasión mientras esperaba a un amigo, observé a
un grupo de señoritas. Su presencia fue inevitable debido a sus estridentes
risas. La causa de la mofa era por motivos de un chico, al parecer él llevó un
juego de copias a una de las chicas sin que ella se lo pidiera. Las burlas se
reducían a la expresión: “le gustas al nerd”. Entre burlas y desprecios se
torno mi espera. Pero ese tipo de actitud me condujo a la pregunta ¿el nerd
quiere algún nexo con tal señorita? Tal vez sólo fue amable con ella y, es una
exageración suponer que pretende algún romance.
Ahora bien, considero que la actitud de ser
amable está dejando de ser algo que nos caracterice y, ello se debe a mucho
prejuicios. Es decir, los excesos por parte de las feministas y los machistas
han dado muerte a la cortesía y la amabilidad. Ya no es común que se ceda el
asiento, que abran la puerta del auto o que paguen la cuenta de lo que se
consume. Cuando algún valiente quiere ser amable, la respuesta que recibe es tan
desagradable que parece aniquilar con su intención de cordialidad. Resulta
común escuchar comentarios como: “yo puedo, yo soy capaz”. Evidentemente son
capaces, ello no está en cuestión, pues la amabilidad no condiciona la
potencialidad de las mujeres.
Paralelo a este asunto está el caso de la
confusión de algunos varones. El hecho de que algunas chicas muestren gestos de
amabilidad como: sonreír, dar un abrazo al saludar, ser atentas o algún otro
tipo de actitud afín, no infiere alguna señal de disponibilidad para que ellas
sean conquistadas. Las actitudes de este tipo pueden considerarse especiales y,
por ello son sencillas de mal interpretar. En este sentido, los malentendidos
suelen romper muchos corazones. Y el precio que hay que pagar por la actitud tan
extremista es dejar de ser amable.
De manera que, la amabilidad hoy en día es
entendida como señal de cortejo, pretensión de conquista. La actitud tan
radical tanto de mujeres como de varones ha aniquilado con hábitos tan
agradables. Se ha dejado de ejercitar la amabilidad y, la prueba de ello es que
se está extinguiendo el hecho de “dar las gracias”. El convencimiento de ser
útiles está rigiendo el actuar de los hombres y, en poco tiempo comenzaremos
por ser indiferentes, aunque tal vez ya seamos. Las feministas han exterminado
a los caballeros. Y las damas han dejado de serlo para convertirse en
“cabronas.” Desafortunadamente así las cosas.
Me parece interesante el tema que tratas y cómo lo vas ensayando. Aunque me queda la duda de ¿qué finalidad tienen los gestos de amabilidad? o, preguntado de modo más amable, ¿por qué consideras buena la amabilidad?
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