Presentación

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jueves, 19 de mayo de 2016

Respondiendo, amablemente, a David

He decidido responder a tu cuestionamiento mediante la presente publicación. Para no ser descortés con el resto de los lectores, reitero tus preguntas: “¿qué finalidad tienen los gestos de amabilidad? O ¿por qué considero buena la amabilidad?” He reflexionado en los últimos días dichas interrogantes y, he considerado al respecto tres puntos. Primeramente, considero que la amabilidad tiene la intención de acercarse a los demás sin prejuicios. Es decir, se entiende como ese primer contacto que brinda confiabilidad. Y en este sentido, su finalidad se reduce al trato desinteresado con las personas. Ahora bien, con el término “desinteresado” me refiero a que el trato amable no pretende obtener algo a cambio, sólo es una expresión sin pretensión alguna.
El segundo punto consiste en que en la medida en que los hombres somos sensibles, la amabilidad es una clara prueba de ello. Al ser receptores de gestos o pruebas de amabilidad esto nos resulta muy grato. Las evidencias de amabilidad nos recuerdan nuestra sensibilidad y, comenzamos a convencernos de que no somos meramente un compuesto de reacciones químicas o un compendio de materia. Y con ello, comprobamos que nuestra sensibilidad no se reduce al terreno de lo instintivo, sino que trasciende este plano, de ahí la afección grata o no que puede producirnos una sonrisa por las mañanas o una “mentada de madre”. 
El último punto a tratar consiste en que la amabilidad es buena para el hombre porque es el vínculo idóneo para iniciar el diálogo. Al tener trato amable con las personas se abre la puerta de un modo confiable para mantener la vida reflexiva. Resulta más benéfico para el hombre tratar con alguien amable que con quien no lo es. Sin embargo, la amabilidad se ha dejado de ejercer y, por ello puede parecer, para algunos, que la acción de preguntar o de hacer hincapié en lo que se está diciendo, resulte en un tono agresivo. Cuando la intención es despertar en los demás el diálogo, no hay cabida para la agresión. En resumidas palabras, amigo mío, la amabilidad es lo más benéfico para el hombre si es que éste quiere propiciar el diálogo y, en la medida que la sensibilidad lo permita.    


1 comentario:

  1. Gracias por tu amabilidad, Analyse. Me alegra que le hayas visto diversos beneficios a la amabilidad y eso te haya servido para reiterar tu compromiso por el diálogo en una avenida donde eso si se dice casi no se hace. Estaré al pendiente de tus entradas, pero principalmente de los asuntos que generen diversos puntos de vista. Nuevamente gracias.

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