He decidido responder
a tu cuestionamiento mediante la presente publicación. Para no ser descortés
con el resto de los lectores, reitero tus preguntas: “¿qué finalidad tienen los
gestos de amabilidad? O ¿por qué considero buena la amabilidad?” He reflexionado
en los últimos días dichas interrogantes y, he considerado al respecto tres
puntos. Primeramente, considero que la amabilidad tiene la intención de
acercarse a los demás sin prejuicios. Es decir, se entiende como ese primer
contacto que brinda confiabilidad. Y en este sentido, su finalidad se reduce al
trato desinteresado con las personas. Ahora bien, con el término
“desinteresado” me refiero a que el trato amable no pretende obtener algo a
cambio, sólo es una expresión sin pretensión alguna.
El segundo punto
consiste en que en la medida en que los hombres somos sensibles, la amabilidad
es una clara prueba de ello. Al ser receptores de gestos o pruebas de
amabilidad esto nos resulta muy grato. Las evidencias de amabilidad nos
recuerdan nuestra sensibilidad y, comenzamos a convencernos de que no somos
meramente un compuesto de reacciones químicas o un compendio de materia. Y con
ello, comprobamos que nuestra sensibilidad no se reduce al terreno de lo
instintivo, sino que trasciende este plano, de ahí la afección grata o no que
puede producirnos una sonrisa por las mañanas o una “mentada de madre”.
El último punto a
tratar consiste en que la amabilidad es buena para el hombre porque es el
vínculo idóneo para iniciar el diálogo. Al tener trato amable con las personas
se abre la puerta de un modo confiable para mantener la vida reflexiva. Resulta
más benéfico para el hombre tratar con alguien amable que con quien no lo es.
Sin embargo, la amabilidad se ha dejado de ejercer y, por ello puede parecer, para
algunos, que la acción de preguntar o de hacer hincapié en lo que se está
diciendo, resulte en un tono agresivo. Cuando la intención es despertar en los
demás el diálogo, no hay cabida para la agresión. En resumidas palabras, amigo
mío, la amabilidad es lo más benéfico para el hombre si es que éste quiere propiciar
el diálogo y, en la medida que la sensibilidad lo permita.
Gracias por tu amabilidad, Analyse. Me alegra que le hayas visto diversos beneficios a la amabilidad y eso te haya servido para reiterar tu compromiso por el diálogo en una avenida donde eso si se dice casi no se hace. Estaré al pendiente de tus entradas, pero principalmente de los asuntos que generen diversos puntos de vista. Nuevamente gracias.
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