Lo que vuelve cada año, ese es el aniversario. Estamos ante aquello que vuelve, y sucede que éste no siempre regresa el mismo. Un Nombrador mudo, que por ahora se halla en otros lares, alguna vez nos compartió:
"El retorno implica volver al mismo sitio,
sin embargo nunca se es el mismo.
Un reloj que cumple su camino
entrega y comienza un nuevo ciclo.
Al regresar uno es distinto.
Volver al mismo sitio no siempre es retorno."
Cármides, en aquellos versos, nos acerca al problema del retorno, de aquello que vuelve, aunque al mismo sitio, pero que ya no se es el mismo. Y es verdad, siempre que regresamos al mismo sitio, sean recuerdos, lugares o la ventura de volver a ver una amistad de antaño, ya no somos los mismos. Yo me veo, y veo cómo me ven los demás, y veo con todo ello que ya no soy el mismo, he cambiado. Sin embargo hay algo que permanece, lo cual constituye nuestra identidad. En este 12 de octubre, el blog de "Los Nombradores mudos" cumple un año. Un año, a mi parecer, un tanto caprichoso, divertido, experimental y de vez en cuando engorroso. No sé si por fortuna o desgracia, pero creo que tiene de todo.
Los Nombradores no han marcado un camino fijo, tenemos quienes intentan dialogar, reflexionar, ensimismarse en sus pensamientos y de quienes ya les perdimos la pista. Este espacio surgió de la necesidad de continuar lo que algunos extrañábamos de la Facultad, pero también se abrió con el propósito de formar nuevas amistades y de compartir nuestras reflexiones y lecturas.
Siendo esta la ocasión propicia, quiero ofrecer en este aniversario, así como a los demás Nombradores y lectores que no tengo la dicha de conocer, el siguiente pensamiento. Éste, siendo fruto de la tierna mocedad, de la ingenuidad al máximo, tiene origen en un encuentro casual. La persona que me movió en escribirlo nunca la conocí, es decir, jamás trabamos trato, pero dejó en mí un recuerdo tan cálido como el rosicler.
"Hoy vi descender a una paloma. Su belleza deslumbrante consiguió de todos la mirada. Habiendo tantos árboles se posó cerca de mí. No me había percatado de su esplendor a no ser por el ruido de sus alas. Su movimiento, cual vaivén de mil faldas, llamó mi atención sobremanera. ¡Qué plumas de fino contorno! De pecho recién maduro, albina por todos lados, se lucían como el amanecer de un fausto día.
Y así decía por dentro: '¿Por qué no hablas?' Ven, pósate a mi lado, cuéntame tus fallas. Te notas afligida o tal vez cansada, ¿será por la intensidad de ojos sobre tus alas? Tiernos ojos, reflejan tus primeros vuelos por la ciudad. Pósate en mis hombros y te llevaré a lugares para ti inusitados, consecuencia de volar tan alto.
¡Qué lastima no haberle hablado y decirle cómo conmovió mi alma!
Vi descender a mi paloma, amiga de mi alma, nunca estarás sola."
Ese pensamiento, lleno de un sentimiento inocente, quedó grabado con tinta indeleble. No obstante, es mi deseo compartirlo como Nombrador que me considero, como aquel que comparte tanto alegrías como desgracias, y el que también, como es el deseo de muchos, quiere partir y compartir con los demás Nombradores en este blog.
Feliz Aniversario queridos Nombradores mudos.
Aurelius
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