Presentación

Presentación

viernes, 2 de febrero de 2018

Madrigales de deseo




I

Cuando por fin pude mirar tu ombligo
todo cambió en mis ojos,
se volvieron fuego que no se extingue,
deseo que nunca finge,
que no sabe de hinojos,
deseo que sólo existe si es contigo.

II

Se asomaron tus senos
y ya nunca se fueron de mi mente,
anidaron en mi ser
trayendo consigo invisible placer,
tanto que mi cuerpo se ha vuelto fuerte
con tus senos serenos.

III

Ha tiempo antes te había visto caminar;
te vi mover las piernas
pero cuando por fin las miré quietas
las imaginé abiertas
como palmeras tiernas
que marginan el camino rumbo al mar.

IV

Delgada tu cintura
cerró todo el espectro de mi vista
dejándome invidente.
Dejé salir mi saliva caliente
para convertirme al fin en artista,
para hacerte pintura.

V

Tu cabello tiene aroma a desgarre,
un imán con mi mano,
una indicación profunda de haleo.
Miro tu pelo y veo
tu cuerpo muy cercano
como para que hagamos aquelarre.

VI

En la pelvis tu sombra
me hace una invitación a la oscuridad,
a perderme en tu cama
y encender una tenebrosa llama
en lo más profundo de esa cavidad
que mi deseo renombra.

VII

Veo cómo se dibujan en tus pechos
unos dátiles rosas,
siluetas que me miran y me invitan
a comer, y me citan,
en llanuras sabrosas,
a posar mis mordidas en sus lechos.

VIII

Verte completo el cuerpo
es un ejercicio de imaginación
que me vuelve hombre erecto,
y me manda directo
a desear y compartir mi excitación
poniéndome en tu adentro. 



Talio




No hay comentarios:

Publicar un comentario