Perdóname

Discúlpame si mi mano

ha matado todo el bosque

fulgurante que te cubre,

que te moja, que te hace

mi laberinto y castigo.

Perdóname si mi beso

se ha caído por tu cielo,

quizá ya no se aparece

en tus labios, en tu mente

soñadora. Desespero.

Discúlpame por no darte

el amor del que te he hablado,

sólo pude golpear muerto

tu boca contra mi aliento

seco, amargo, muy fuerte.

Perdóname por el perdón

que te pido en estos versos:

apología de mis besos

que son mejor al hablarlos:

beso y palabra son amor.

Si perdón pido es que quiero

volver tiempo y movimiento

a ese bendito momento

en que tu beso y mi beso

generaron uno nuevo.

Quiero poder demostrarte

mi pecho henchido de flores,

mostrártelo hasta que llores

al descubrir que mis roces

son un verdadero arte.

Dame la posibilidad,

dame el consuelo y dame más.

Quiero saborear tu aroma.

Dame otra oportunidad

de darte un beso tan real.

Real es la matemática,

real es el canto del gallo,

real es la luz tras del rayo,

real el perdón que te pido,

real mi deseo fundido,

real que siempre te he querido,

real tu Dios, también el mío,

real que te unió para siempre,

real que me ofreció tu vientre.

Real el amor que te tengo,

real que quiero darte un beso.

No volveré a maltocarte,

ni a besarte sin dulzura.

Te besará mi alma pura.

Te besará la blancura.

Y no volveré a besarte.

No volveré a besarte

ni a pedir de ti el perdón.

Viviré para tu amor.

Viviré entre tu calor.

Viviré para amarte.

Talio