Antes de que la vida le viniera
amarraban, sus brazos, unos hilos,
cercenando su libertad con filos,
mismos que le tallaron en madera.
La magia le dio vida y le dio prenda,
prometiéndole ser hombre de verdad
si lograba asumir la claridad
como el aluzo eterno de su senda.
El éxito le hizo marioneta,
y los vicios le volvieron jumento.
Sólo así tuvo cabida el momento
de que Pinocho llegara a su meta.
No te sientas muy sabio, mejor mira
lo que causa en el hombre la mentira.
Talio
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