Últimamente te he sentido lejos,
incluso ni siquiera estoy seguro
de sentirte y es por eso que me apuro,
me preocupo, me disuelvo y me dejo.
Dejo la vida y mi vida me deja,
se marcha entre los témpanos de hielo
por dónde mi calor no tiene fuero,
dejando mi cabeza seca y vieja.
No eres tú sino soy yo el que te siento,
si no apareces es porque no tengo
ni fe, ni amor, ni ninguna esperanza.
De amarte con mesura me arrepiento,
por eso con este soneto vengo,
rogando por tu vuelta en mi alabanza.
Talio
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