Brazo que abrasas con llamas,
llamas al fuego, y un disparo:
—¡fuego!— enciende el sentimiento
nuevo tras este nuevo abrazo.
Llama al cálido reflejo
de mi brazo con tu brazo.
Llama, enciende mis besos.
Besos, les están hablando.
Beso de tu rostro con mi mano,
da la mano a lo eterno.
Eterno es el pecado.
El pecado se castiga en las llamas.
Las llamas y las brasas
son sólo ellas cuando tú me abrazas.
Talio
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