Tus labios me dijeron
en un sueño sombreado
que todos los humanos
en desgracia cayeron,
que rezara por ellos
y por sus tristes manos.
Mis párpados sinceros
querían estar cerrados,
para que en ese sueño
me siguieras hablando,
para que con tu ruego
transformara mis actos:
rezar no es sólo un juego,
es profundo contacto
entre el hombre y el cielo,
entre el hombre y su hermano.
Talio
No hay comentarios:
Publicar un comentario