Se han hecho todas tuyas mis cosechas:
mis labios, mis caricias y mis besos,
mis sueños, mis deseos, mis embelesos;
se han hecho para ti todas mis fechas.
Los cuervos aterrizan como flechas
sobre los campos de pasión impresos.
Los cuervos van hambrientos y traviesos
a comer las pasiones que barbechas.
El hambre de los cuervos es motivo
de que tú te recates y te enciendas
entre mordidas salvajes y tiernas.
El hambre es lo que me mantiene vivo,
buscando en la alfombra sembrar tus prendas,
mientras mi yunta pasa entre tus piernas.
Glauco
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