El rojo de tus labios se disipa
en los labios que besas en secreto.
Mis labios reconocen el decreto:
tu boca a la mía no necesita.
Tu boca no me besa y se anticipa
a rechazarme con un 'no’ discreto
que viene del amor y del respeto;
tu boca de mi boca se emancipa.
Tus labios requirieron a los míos
en tiempos de floreadas primaveras,
mas hoy en el invierno los rechazan.
Sentí hace tiempo mis labios vacíos
pues no hubiera querido que te fueras.
Las bocas y los labios se reemplazan.
Glauco
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