Provocas la tormenta en mi mirada,
con rayos y centellas incesantes.
Con rayos y centellas delirantes,
provocas la tormenta enamorada.
Tormenta entre mis ojos provocada
no cesa de echar rayos centelleantes.
No cesa de echar rayos trepidantes;
tormenta entre mis ojos realizada.
Mirada de mis ojos de tormenta
centella en tus caderas y tu cuello
las luces y las sombras de lo bello.
Me abruma tu belleza, me calienta,
convierte la tormenta en lluviecita,
y mis ojos en mirada bonita.
Glauco
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