Presentación

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sábado, 12 de enero de 2019

La yunta de tus besos XLIII

Si llegas un día y me besas
asegúrate que el beso
rompa cadenas y rejas
y deje de estar atado

a mí pena y mi desprecio,
pues el que besa apenado,
da besos sólo en silencio.
Yo quiero un beso ruidoso.

Labios de nube y de trueno
para un clima tormentoso,
riegan este campo bueno
de besos y de sonido.

El agua besa mi boca,
el ruido besa mi oído.
Tu copa junto a mi copa
chocan, compartiendo el vino

y la verdad que de él sale.
Dame el beso del destino,
que de la prisión se escape
como escapa el hombre justo:

sin culpa, sin miramientos,
sin rencor y sin disgustos.
Dame un beso que dé encuentro
a mi valor y a mi amor.

Si llegas un día y me besas
encomiéndate al Señor:
has desatado mis fuerzas
y de eso no hay evasión.

Bésame toda la vida
y arráncame de prisión,
despójame de esta herida
y bésame con pasión.

Glauco

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