Si llegas un día y me besas
asegúrate que el beso
rompa cadenas y rejas
y deje de estar atado
a mí pena y mi desprecio,
pues el que besa apenado,
da besos sólo en silencio.
Yo quiero un beso ruidoso.
Labios de nube y de trueno
para un clima tormentoso,
riegan este campo bueno
de besos y de sonido.
El agua besa mi boca,
el ruido besa mi oído.
Tu copa junto a mi copa
chocan, compartiendo el vino
y la verdad que de él sale.
Dame el beso del destino,
que de la prisión se escape
como escapa el hombre justo:
sin culpa, sin miramientos,
sin rencor y sin disgustos.
Dame un beso que dé encuentro
a mi valor y a mi amor.
Si llegas un día y me besas
encomiéndate al Señor:
has desatado mis fuerzas
y de eso no hay evasión.
Bésame toda la vida
y arráncame de prisión,
despójame de esta herida
y bésame con pasión.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario