La sombra del mal
juega con el error.
Juegan conquián
y apuestan el amor.
Y quien pierde, morirá,
y quien gana, causará dolor,
y el pobre espectador lo sufrirá:
el dolor de los dos.
El llanto, al brotar,
coquetea al vapor.
Lo seduce a bajar
cimbrando el temblor.
Y temblando, llorará,
y llorando, mostrará temor,
y las lágrimas calientes dejarán
quemado el corazón.
Y temblores y tormentas van
y vienen arrancando el sol.
En la vida todos quieren más
pero que no sea desesperación.
Y tormentas y temblores son
las viejas armas del azar,
se visten de tabaco y ron
y hacen al espectador llorar.
El juego trae sopor,
nos hace dudar
si hay par de dos
o hay un pókar de as.
Y quien salga ganador
no podrá conocer la paz,
pues vivirá cargando al perdedor
por su sed de amar.
Glauco
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