Rompiste las reglas
que pongo a mi vida.
Dejaste en tinieblas
a mi vida herida.
Herida que llevo
mientras te acaricio
como un hombre ciego
yendo al precipicio.
Precipicio eres
y no tienes fondo.
Siempre que me hieres,
me pierdo más hondo.
Hondo es el rubor
de tus labios nuevos,
hay tanto calor
en sus deseos viejos.
Viejos besos tienes
en los que me diste,
pensando dar bienes
mis sueños rompiste.
Glauco
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