Es la dulzura un regalo
de algunas de tantas frutas
como el mamey y el cacao;
un regalo es la dulzura.
El chocolate es el barro
con que modelo tu boca
tras un derretido trago;
regalo de tierra roja.
Un regalo es la dulzura,
es un regalo que brilla
como pompitas de espuma
y como luz amarilla.
Hace un tapete en la lengua
de sabores de colores,
hace que crezca la siembra
regada por los amores.
Acaricia los trigales
con una ráfaga tenue.
Todo el que bebe sus mieles
se enternece y se divierte.
Se viste de caramelo
en la memoria del niño,
se reviste de deseo
en el bélico cariño.
Es dulce la miradita
juguetona que se lanzan
en el candor de una cita
los amantes que se encantan.
Unos ojos de avellana
miran todo color verde,
en una hermosa mañana
la mirada siempre muerde.
Hilos de azúcar de caña
nacen de su dulce cielo,
son una dulce cascada
a la que llama "cabello".
Tus rodillas son sustento
de la figura y el ritmo
que endulzan cada momento
que te he escuchado y te he visto.
Tu cadera, las semillas.
Tu cadera, crecimiento.
Tu cadera de estrellitas.
Tu cadera, el firmamento.
Espigas de los trigales
acariciando mis palmas.
Tus pestañas manantiales
de trigo y de verdes ramas.
En las aspas del molino
damos vueltas y más vueltas,
somos el canto divino
que se canta en la molienda.
Ojo de agua en el ombligo
y mucha disposición,
ojo sediento conmigo,
sed de que seas mi sol.
Vayamos tras el naranjo
muy disimuladamente,
vayamos para besarnos
y que nadie nos encuentre.
Perdámonos en el bosque,
entre las bestias y el frío,
porque juntos por la noche
seremos placer dormido.
Me levanto a trabajar
y me duermo pa' pensarte.
Trabajo para encontrar
nuevas formas de mirarte.
Revivimos en los montes
y en los caudales del río,
somos dos pequeños brotes
en este gran sembradío.
Y te beso como beso
a las frutas que regalan
sabores de caramelo
y que la lengua engalanan.
Yo quisiera regalarte
todo lo que tú me has dado,
regalarte la dulzura
de sentirme enamorado.
Glauco
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