Duele el sueño que no vive en la almohada
y no muere en la realidad del acto.
Duele el sueño que no tiene contacto
con la vida y se pierde entre la nada.
Es el sueño una vivencia limitada
por líneas de lo etéreo y de lo abstracto.
Se terminan los sueños en lo intacto,
esperando por su nueva llegada.
Y entre sueños y tacto y experiencia,
las almohadas añoran tener manos
para hacer de los sueños nuevo plano.
En el sueño se forma la inconsciencia
y el dolor ante lo que no se sabe.
Sueño con que todo el dolor se acabe.
Glauco
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