Ando haciendo de mi vida
la herida que nunca sana.
Le tengo miedo al mañana,
al ayer y a la caída
que me hacen sanar la herida.
No quiero seguir viviendo
como un espectro horrendo
que se sirve de la pena
para fingir vida buena,
vida que se va muriendo.
Le tengo miedo a la nada,
pero corro a su santuario.
Rezo que me acoja a diario
a cuestas sobre su espalda,
muerto sin fe ni morada.
Tengo miedo a la existencia,
sin cariño y sin presencia
voy andando este camino,
sin azar y sin destino
voy perdiendo la consciencia.
Siento pena por mamá
que me cuida y que me ama,
que a la vida no reclama
por el hijo que le da.
Siento pena por papá
que me oculta su cariño,
mirándome como un niño
es que me entrega su amor.
Me da pena ser su flor
luciendo un gran desaliño.
No me quiero consumir
dejando mi vida rota,
no quiero ser la derrota
de un incipiente vivir,
tampoco quiero morir.
Quiero que tenga sentido
mi respiro y mi latido.
Que cada aliento que doy
me reafirme lo que soy
y saber que soy querido.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario