Quiero que mi poesia la vida explique,
pero por mis lamentos aún no puedo.
Quiero escribir como escribía Quevedo,
como escribía también Jorge Manrique.
A los viejos poetas mi alma ruega
algo de inspiración y de valor
como la de Ramón de Campoamor,
de Garcilaso y de Lope de Vega.
No sé por qué, pero parece cierto
que la poesía de antaño era más bella,
era una fuerza que aún nos atropella.
Es una dicha que los poetas muertos
tengan vida en las páginas valiosas
que abrazan sus versos y algunas prosas.
Glauco
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