Sin más que hacer por el momento,
sigo vivo, sigo en esto,
sigo huyendo de estar muerto
mientras se detiene el tiempo.
No sé cómo detenerme.
Quien no camina se pierde
y quien se para no duerme.
La vida nunca es inerte.
Y sin embargo no puedo
saber a dónde me muevo;
no sé si ando tras el cielo
o dejo huella en el suelo.
Sólo soy un caminante
sin un futuro ni un antes.
Nada me lleva adelante.
Soy un católico errante.
Un ser humano canino
sin un concreto sentido.
Una botella de vino
vaciada en un alarido.
Y aunque me suelo hacer menos
sé que soy un hombre bueno.
Algunas veces me apeno
y algunas otras me enciendo.
Me voy andando las calles
y miro ciertos detalles
de las cosas irreales
y los caminos iguales.
Sin más que hacer por ahora,
mientras empieza otra hora,
seguiré siendo la boca
del tiempo que desemboca.
Glauco
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