Yo no he perdido a mi padre
pero veo el dolor ajeno
y de ver cómo les arde
de pena y llanto me lleno.
No sé cómo esté su casa
ni cómo esté su mamá,
esposa que ya no abraza,
hogar que ya no es igual.
Hay días que lloran y días
con el semblante contento.
El llanto y las alegrías
son el dolor del momento.
No sé si busquen consuelo
o si busquen batallar,
pero sé que con su duelo
no encuentran más que el llorar.
¿Dormirán deseando el bien
del mundo que se ha quedado
o se dormirán también
odiando el mundo olvidado?
Su dolor es una herencia
que no pidieron tener.
Sin padre queda la ausencia
donde el sol vuelve a nacer.
Y aunque siento los dolores
creo que no estoy listo aún
para acercar unas flores
al paternal ataúd.
Yo no he perdido a mi padre
pero veo el dolor ajeno
y de ver cómo les arde
en el futuro me quemo.
Glauco
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