Yo no te pido pan, te pido agua.
Dame a beber el agua de la vida
mientras tú te conviertes en comida
y enciendes con tu espíritu mi fragua.
Eres el pan que sabe a todas horas
más que el maná y la miel y el rojo vino.
Sabes a trigo bueno del camino.
Sabes a corazón, paloma y flora.
La lengua incandescente dice amores
cuando eres alimento que camela
la pena con amor que se revela.
Eres el pan del mundo y sus albores,
de su final, de saciedad y de hambre.
Eres el pan que sacia con su sangre.
Glauco
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