Se escucha en la plazuela un cancionero,
cantando sobre bailes y comida.
Al que se va le da la despedida
y al que se queda da un cantar sincero.
Después, al paso del enamorado,
se marcha para hacer la serenata.
Su canto a unos despierta y a otros mata,
y a otros tantos que lo oyen ha gustado.
Le gusta la canción porque lo deja
decir cualquier razón aunque sea falsa.
En la canción la mente anda descalza.
Le gusta la canción porque refleja
el mundo que sucede cada día,
puede ser canto triste o de alegría.
Glauco
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