Se siente bien el metro del soneto;
entre guerra y amor se hace la oncena
y con catorce versos se rellena;
así es como el soneto está completo.
Alguien podría decir que falta rima:
entre sonido y ritmo una estructura.
La rima en cualquier verso se madura
y en ocho, nueve u once se domina.
No sé qué efectos cause al sonetero
hablar en once sílabas a diario,
podría asumirse como solitario
o como endecasílabo amiguero.
De todas formas bello es el soneto
y aunque parece fácil es un reto.
Glauco
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