Ayúdame, Señor, a ser ayuda
para todo el que sufre y se atribula.
En él y en mí la pena se acumula;
con eso yo creo en ti, con eso él duda.
La duda con reproche es duda enferma.
La duda con la fe se vuelve sana.
Ayúdame, Señor, a ser mañana,
a ser rocío para la tierra yerma.
Sé que te fallo y sé que he de fallarte,
así como le fallo a los que quiero,
pero por no fallarles es que muero.
Espero que en tu amor yo pueda amarte.
Que amarte me permita amar al triste.
Por la pena del otro sé que existes.
Glauco
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