Las puertas y las ventanas
dejan pasar cosas buenas,
también malas.
Las aves y las campanas
no logran callar las penas,
no son balas.
Las barajas y los dados
traen pérdida y recompensa
al que juega.
Los atrios y los mercados
no le dan buena defensa
al que llega.
Las casas pobres y ricas
tienen mucha y poca gente
en su adentro.
Las cosas grandes y chicas
están ahí en nuestra mente,
en el centro.
Glauco
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