Viene y se va
esa brisa hirviente de tu boca
que derrite todo lo que toca
y
me vuelve animal.
Lo animal no se me quita.
Mi respiración se agita.
Nada es normal.
Cuando el calor de tu entrada,
pública pero privada,
viene y se va,
las huellas de otros amantes
no son en nada importantes;
esto es carnal.
Y
no temo al mal.
Por un salvaje accidente
o un momento intermitente
soy inmortal.
La vida en esta batalla
que entre nosotros estalla
viene y se va.
Viene y se va.
No me importa lo que venga
mientras que no se detenga
y cuando por fin se acabe,
después de todo el deslave,
ya nada habrá,
porque el calor no es amor,
es condición natural,
viene y se va.
Glauco
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