Al principio, con el primer aliento,
fue el misterio del hombre y lo divino
quien dió forma al precioso sacramento
partido en caminantes y caminos.
Del camino se siguen los perdidos
y también quienes saben dónde van.
Los perdidos se encuentran escondidos
entre quienes conocen dónde están.
Pueden verse diversos caminantes.
Unos andan sabiendo su destino
y otros andan peor que judíos errantes,
pero todos comparten el camino.
Y entre pares de vagos y senderos
se divide El Aliento en cuatro alientos;
los últimos se dicen los primeros;
los hombres son los cuatro sacramentos.
Glauco
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