Después de ver el sol todo es oscuro.
Después de ver el sol todo se apaga.
Después de ver el sol la luz se traga
toda visión y ya no hay más futuro.
Cerrar los ojos y mirar adentro,
entre memoria e imaginación,
rescata en nuestro mundo la visión
y así poder partir hacia el encuentro.
Mirar al mundo es ver los mil colores
que se construyen desde nuestros ojos:
es párpados azules, labios rojos,
es mar, es el artista y es las flores.
Mirar el mundo es una maravilla
sin ver de frente la luz amarilla.
Glauco
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